Soy el P. Marco Paredes Vallejo, sdb – responsable de los oratorios en el Centro de Referencia Juanito Bosco, ubicado en la Isla Trinitaria – Sector Nigeria, Guayaquil.

El oratorio, es un espacio de formación espiritual encaminado a la atención de niños, jóvenes y adolescentes que se encuentran en diferentes circunstancias sociales. El oratorio sin duda alguna debe ser un lugar donde los niños conozcan el verdadero significado de la amistad, reciban cariño, afecto y se sientan acogidos. El lugar de acogimiento inicialmente es el patio, algo fascinante para el chico, donde se sienta a gusto con sus amigos, mantenga diálogos, juegue y conozca a los Salesianos o catequistas; siendo este un encuentro previo a la catequesis.

En el oratorio pueden participar todas las personas que sean buenos cristianos, auténticos, capaces de trasmitir lo que conocen y lo que han vivido, enseñen valores, se integren con los chicos en todas las actividades que se realizan; como por ejemplo: teatro, juego, canto, dinámicas, y sobre todo en la participación de los sacramentos y de la santa eucaristía. El catequista debe ser un modelo a seguir por los niños, niñas y adolescentes, es decir una persona a la cual imitar.

Alguna vez se han preguntado, ¿qué beneficio tiene acudir al Oratorio? Frente a esta interrogante, y en base a mi experiencia en el mundo religioso; puedo decir que, los oratorios permiten fortalecer el camino de fe, ayudan a celebrar la fe en los sacramentos, es decir no solo conocer a Jesús, o tener el conocimiento teórico de lo que es la catequesis, si no que los niños sean capaces de testimoniar lo que están haciendo, ya sea en el barrio, casa o escuela.

Me despido contándoles que para mí los oratorios significan compartir en familia con los catequistas, aprendiendo a convivir con los jóvenes en cualquier circunstancia que se les presente, en sus alegrías y tristezas. En el oratorio se vive el carisma de Don Bosco, fue él quien los inició.

| Comunicación – Guayaquil