El origen de la escuela salesiana, los encontramos en la vida y obra de Don Bosco. Él siempre atento a las necesidades juveniles, amplió su compromiso con ellos a través de la formación profesional y la escuela salesiana como instrumentos indispensables para la educación y evangelización de los jóvenes buscando siempre su desarrollo integral como buenos cristianos y honrados ciudadanos, especialmente de aquellos más necesitados, (Cf. CR pág. 189-192).

Toda obra salesiana se dinamiza por una práxis educativa caracterizada por la inspiración en los valores evangélicos y la propuesta de fe, la educación eficiente y cualificada, la función social y la atención a los más necesitados. Desde una pedagogía propia que cuida el ambiente educativo, el contacto personal, los contenidos sitemáticos enriquecidos por el humanismo cristiano, el método didáctico-educativo, la personalización de las propuestas y propuestas de tiempo libre. (Cf. CR pág. 194-202).

Desde ahí miramos al mundo de hoy con sus retos y desafíos. En lo que va del año, toda la dinámica de la escuela se ha visto modificado, no solo porque ahora no hay estudiantes en las aulas físicas, sino porque los espacios físicos donde se aprende han sido cambiados por los virtuales, ya no es la escuela ahora es la casa. Los papeles han cambiado, la casa ha recuperado su papel de ser escuela y la escuela entró en la pantalla del computador. Además, una importante población estudiantil ha sido aún más afectada, porque también perdieron el espacio donde eran acompañados en su desarrollo social, de destrezas y competencias, donde podían vivir su niñez.

Grandes han sido los esfuerzos de nuestros Centros Educativos Salesianos por salir al encuentro de esta nueva realidad, y desde luego, de los niños y jóvenes. Asumimos con mayor decisión el desafío de desaprender, reaprender y aprender para esta nueva forma de hacer educación y de cumplir nuestra misión. Por ello, entramos con mayor decisión a plataformas y aulas virtuales, al diseño de guías de aprendizaje que puedan ser entendidas por los padres para que estos a su vez guíen a sus hijos, a la búsqueda de recursos que permitan la conectividad de los estudiantes y docente por cualquier medio. Todo ha sido asumido con decisión y valentía.

Toda obra salesiana se dinamiza por una práxis educativa caracterizada por la inspiración en los valores evangélicos y la propuesta de fe, la educación eficiente y cualificada, la función social y la atención a los más necesitados. Desde una pedagogía propia que cuida el ambiente educativo, el contacto personal, los contenidos sitemáticos enriquecidos por el humanismo cristiano, el método didáctico-educativo, la personalización de las propuestas y propuestas de tiempo libre. (Cf. CR pág. 194-202).

Desde ahí miramos al mundo de hoy con sus retos y desafíos. En lo que va del año, toda la dinámica de la escuela se ha visto modificado, no solo porque ahora no hay estudiantes en las aulas físicas, sino porque los espacios físicos donde se aprende han sido cambiados por los virtuales, ya no es la escuela ahora es la casa. Los papeles han cambiado, la casa ha recuperado su papel de ser escuela y la escuela entró en la pantalla del computador. Además, una importante población estudiantil ha sido aún más afectada, porque también perdieron el espacio donde eran acompañados en su desarrollo social, de destrezas y competencias, donde podían vivir su niñez.

Grandes han sido los esfuerzos de nuestros Centros Educativos Salesianos por salir al encuentro de esta nueva realidad, y desde luego, de los niños y jóvenes. Asumimos con mayor decisión el desafío de desaprender, reaprender y aprender para esta nueva forma de hacer educación y de cumplir nuestra misión. Por ello, entramos con mayor decisión a plataformas y aulas virtuales, al diseño de guías de aprendizaje que puedan ser entendidas por los padres para que estos a su vez guíen a sus hijos, a la búsqueda de recursos que permitan la conectividad de los estudiantes y docente por cualquier medio. Todo ha sido asumido con decisión y valentía.

Inicialmente hemos dado respuesta, pero aún debemos seguir con la reflexión y verificación de que, a través de las estrategias implementadas, nuestros niños y jóvenes van logrado los aprendizajes y las herramientas necesarias, con las cuales desarrollan sus potencialidades personalaes, sociales y los prepara para el mundo del trabajo como buenos cristianso y honrados ciudadanos. Seguimos caminando con fe y esperanza.